martes, 18 de agosto de 2009

Conflicto


lo que sigue fue escrito hace ya varios años el 04 / 02 / 04, cuando tenía 20 años, lo encontré mientras ordenaba algunos documentos y quiero dejarlo escrito en este espacio, me llama la atencióan que es sumamente similar e incipiente con lo escrito anteriormente, y con algunas modificaciones obviamente, Se llama:

Conflicto

En nuestro actuar cotidiano la vida nos perturba por el hecho de que nuestro mundo interior se ve muy distinto a lo que vemos y realizamos exteriormente, produciéndose un conflicto, el sentido común lo llama problema, por lo tanto, hay que buscar la solución de éste. Este conflicto es una reacción de causas materiales. Pero si vislumbramos y meditamos lo acaecido de manera espiritual, es decir, intelecto-corazón, vemos más allá (de manera trascendental) el hecho, es por esto que por medio de distintas reflexiones, nos ahondamos en lo que pasa. De esta manera, lo anterior, se ve fuertemente determinado por nuestro carácter, y he aquí, la esencia de lo humano, ya que podemos reaccionar de manera virtuosa o viciosa y así continuará el hecho por dos sendas determinantes.
Si queremos mejorar actuamos activa y productivamente por un porvenir que presagie una sensación de optimismo, crecimiento y evolución y/o re-volución (he aquí la voluntad; la cosa volitiva), es decir, el querer desde mi yo. O en otras palabras la propia naturaleza del individuo. Aquí se manifiesta la clave para enfrentar estas situaciones o hechos, es aquí donde se manifiesta una llave: el conocimiento; que al ser digeridas cimenta bases que son determinantes para actuar.
De esta manera pasamos a otro plano, ya sea a sabiendas y enterado o de forma ignorante y profana, sólo la instrucción nos da las herramientas para enfrentar el día a día y lo que es más importante y verdadero para el propio individuo; su propia experiencia, lo que se conoce como sabiduría, su propia naturaleza que emerge de su esencia natural, de su naturaleza ígnea; que forma y arde como fue en los primeros tiempos de la tierra misma y nos auto convencemos de lo que es.
Es así como si enfrentamos algún conflicto debemos cono-cerlo, es decir, no solo informarnos, sino que ser. El aprendizaje lo da solo la escuela de la vida a través de la experiencias del otro y con el otro, o bien, con nosotros mismos. El “problema” comienza aquí, ya que si somos alegres y gozamos de una convivencia virtuosa y meritoria presente en cada uno de los individuos, libres y consigo mismos, se abren las puertas al crecimiento y desarrollo personal, abarcando “todo” y “nada” de lo que realmente pasa, es así como se puede llegar a ser alguien completo (íntegro) o en carencia (miserable) y hasta in-volucionado (no voluntad), es decir, en encerrarse dentro de la voluntad y no disfrutar de nuestro hecho de crecimiento constante como entes de AMOR, en todas las causas y efectos de nuestro diario vivir. Por eso creo que es el órgano del corazón el que simboliza este concepto, porque es constante, porque su latido se manifiesta y se siente, porque está siempre ahí palpitando, pulsándonos a seguir, bombeando el líquido que nos nutre y nos limpia de forma implícita.
Lo anterior hay que practicarlo, he aquí (ahora) la “dificultad”, solo nuestra voluntad y compromiso por el crecer virtuosamente nos da las pautas para vivir el bien, o en otras palabras, en lo “co-rrecto” (más recto) y de esta forma despertamos a nuestro Ser Interno, a nuestro Ser de Amor, a nuestro Ser de Paz, Ser de Equilibrio y Armonía, en esta extraña, pero hermosa práctica de vivir libres, autónomamente, no como autómatas, sin un sentido común y sin ninguna motivación más grande que vivir el día. Pero cuando es en forma provechosa se conoce como Carpe Diem, porque si es en forma ociosa y perezosa, sin producir más que lo mediocre, sin medios ni motivos, sin fines y sin amor. Al evitarlo se dan frutos de nuestra razón de ser, y así creamos, hacemos y tenemos, para en forma retroalimentativa llegar a ser nuevamente, para luego “ascender” y avanzar hasta alcanzar una liberación universalmente válida (que tiene su efecto), conocido como una verdad que está en “todos” y, a su vez, en “nadie”. Y esto último realmente es válido.
Una cosa es el bien-estar, pero otra muy distinta es el bien-ser, que sólo se da en lo humano (espíritu) y genera el ánimo (alma) y nos hace ser más que un animal y más que la materia misma, pero con muchos de los componentes de lo mismo, hecho a imagen y semejanza de él, nutriéndonos a diario y con un tremendo y divino potencial, así tenemos un aspecto personal, y no me refiero a lo físico , sino a eso llamado personalidad, y formamos a la persona y no al individuo, que tiene esas “pugnas” “luchas”, “peleas”, “combates”, con apuros, aprietos y dificultades, buscando la paz , la concordia y el acuerdo, pero más que con los demás y la sociedad toda, en una primera básica e incipiente instancia de con él mismo. Que belleza hay en saber lo que eres, de donde vienes y para donde vas y no sólo eso sin que te sientas en un jardín y encuentras tranquilidad, sosiego, calma, reposo y concordia contigo mismo y con los demás, sin dejar nunca de crecer y ser en forma activa y constante. Tenemos un tremendo ejemplo por estas comarcas y debemos aprender de él, y por sobre todo emularlo y enaltecerlo en todo lo que hagamos, tengamos y por sobre todo seamos.

Te amo alma mía de mi corazón. Compañera que la vida me ha dado, para crecer en lo esencial, para amar, para vivir, para comple-mentar-nos y para unificar-nos.

Fotografía sacada el 2 del presente mes, iniciando el mes de la montaña junto a Carla CArvajal (mi novia) y Nixton iturra (mi amigo), cumbre del Cº Vizcachas