domingo, 23 de noviembre de 2008

LA VÍA DEL TAOÍSMO , BUSCAGLIA


LA VÍA DEL TAOÍSMO

Si se necesita nombre, la maravilla denomina a
ambos; De maravilla en maravilla,
se abre la existencia.

Lao-Tsé, El camino de la vida


Durante dos mil años un gran número de las personas del mundo se han visto sumamente influídas por una filosofía de gran vitalidad llamada taoísmo.
El taoísmo fue introduido en China durante el Reino Medio de China hacia el siglo II o IV a. de J. C., por un hombre llamado Lao.tsé en una breve obra de menos de 6.000 palabras llamada El Tao (el camino). Su filosofía fue más tarde ampliada e interpretada por un ingenioso filósofo y poeta, Chiang-tsé, durante la segunda mitad del siglo IV antes de Jesucristo.
El objetivo principal de la filosofía taoísta se dirige a la integración interna y armonía de cada persona. De este modo, es un medio de no conformidad. Sugiere que cada uno de nosotros sólo podemos lograr nuestra personal plena humanidad a través del proceso de desaprender lo que hemos ya aprendido, de modo para brindarnos la oportunidad de volver a estar en armonía con todas las cosas tal como estábamos en el principio.
El egotismo es considerado como la raíz de toda desarmonía y, por ende, el principal factor causante del sufrimiento humano. Por esta razón, la persona debe esforzarse por perder el ego. Con la pérdida de los deseos del ego, queda uno liberado de los conflictos internos.
Lao-Tsé sugirió que las personas en pleno funcionamiento deberían, pues, tener pocos deseos y ser libres respecto de las otras personas y las cosass. Vivirían de acuerdo con su propia autoestimación y no de la de otros. Se esforarían por una simplicidad natural y un vivir espontáneo, desembarazándose de artificiosidad y compulsión.
Los taoístas en pleno funcionamiento no se encuentran a merced de sus emociones. Se esfuerzan por percibirse a sí mismos de una forma exacta, de acuerdo con sus fuerzas observables y debilidades. Se ven a sí mismos como únicos y , por tanto, sin hallarse en competición con nadie. Practican la “no acción”. Para el Taoísta, la no acción no es una condición pasiva, sino más bien una forma sutil de acción. La vía del agua es una metáfora común empleada para esto. En palabras de Lao-tsé,

Como la suave capa de agua se pega a la obstinada piedra, así el rozar con la vida disuelve lo insoluble. He aprendido que el ceder es volver atrás. Pero esta lección indecible, este fácil ejemplo, se ha perdido para los hombres.

Los taoístas ven poder en la moralidad y, por ello, son sensibles a la sociedad y a los sentimientos de los demás. No emiten juicios y tratan de responder a la actitud de los demás en vez de a sus acciones. Rechazan la violencia, la opresión y la fuerza. Rehúsan participar en la conquista de la Naturaleza o en la explotación de los demás. Más bien, luchan por convertirse en el amistoso colaborador tanto del hombre como de la Naturaleza. Su objetivo es la armonía con todas las cosas, permitiendo a todas ellas resolver sus propios destinos. El taoísta considera esto como el mayor grado de la madurez.

Lao-tsé, y especialmente Chuang-tsé pusieron énfasis en que el taoísta en pleno funcionamiento debería estar siempre comprometido en la autotrascendencia. Éste es el proceso mediante el cual son capaces de ver todas las cosas no en unos términos del ser en sí, sino , más bien, como un todo último e indiferenciado. El dolor y la desesperación surgen de una ruptura con el todo. “El camino” a la buena vida llega a través de la trascendencia de todas las distinciones, diferencias y diferenciaciones, puesto que éstas, meramente, sirven para aportar la fragmentación que acarrea la debilidad y la impotencia. Ven lo contrario a la fragmentación como una unicidad universal, aceptación y amor. En el corazón del amor taoísta se encuentra la capacidad para emerger como una parte de todas las cosas.
Los taoístas en pleno funcionamiento están convencidos de que el derecho natural y el bien son innatos. Por lo tanto, intentan vivir sus vidas de una forma natural, para alentar la paz en el conflicto, la unidad en la separación y el amor y la trascendencia en la confusión y en el caos.


Fotografía, SAlto Velo de la Novia, Radal 7 tasas Chile. Octubre de 2008. Junto a nuestros amigos dirigentes Scouts.


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